21 ago 2011

Antauro Humala y la violencia política


Fuente: Caretas

Ya no se puede soslayar el hecho de que la violencia destructiva de ciertas ideologías y la delincuencia  criminal, son las dos caras de una misma moneda; ambas provocan, por razones distintas, un mismo resultado: inseguridad ciudadana, muerte y destrucción. 
El caso de Antauro Humala es el ejemplo que nos da la coyuntura política actual, pero que se repite con actores distintos cada cierto tiempo. Esta vez vemos al radicalismo etnocacerista recibiendo las inexplicables condescendencias  de algunos miembros del gobierno actual y de adulones del régimen,  que plantean y justifican que este personaje vuelva a las calles. Una vez en libertad, nadie nos garantiza que Antauro Humala no reedite alguna aventura armada, sobre todo si tenemos en cuenta que mantiene su actitud belicosa y discurso extremista. Por otro lado, su excarcelación equivaldría al envío de un mensaje claro a otros caudillos políticos regionales con ideologías marxianas que hemos visto en escena recientemente.

Nosotros los ciudadanos renunciamos a nuestra potestad de defendernos, hacer justicia con nuestras propias manos y entregamos esta prerrogativa al Estado, que, con determinado marco jurídico ejerce estas funciones a través de la policía, el ministerio publico, el poder judicial, etc . Se supone que debemos confiar en que dichas tareas se cumplan responsable, eficiente y contundentemente para sancionar a quienes ciegan la vida de seres humanos, causan destrucción y caos. Si no se ejerce a cabalidad esta misión, lo único que se consigue es favorecer la impunidad y, en consecuencia, alentar e incentivar actos contra el orden social.

Si en una sociedad sus autoridades son permisivas, con actos que atentan contra la vida y el bienestar de sus miembros, ésta termina corroyéndose. Ningún acto criminal debe escudarse en reivindicaciones políticas, económicas o sociales. Una nación que admite la violencia como solución a sus problemas termina autodestruyéndose. Por  ello resulta evidente que el camino hacia el Bien Común es el ejercicio de la justicia, la libertad y la solidaridad y eso sólo se alcanza respetando el estado de derecho y la dignidad de la persona humana.





2 comentarios:

  1. Debemos asumir nuestro rol de ciudadanos responsables de la política nacional. NO podemos abandonar nuestro destino a lo que el gobernante de turno decida. Hay que apoyar las medidas acertadas, pero hay que estar alertas ante aquellas decisiones o imposiciones que más tarde puedan atentar contra nuestra libertad individual. Esto lo digo porque me preocupa de sobre manera el hecho que Ollanta Humala, presidente del país, se haya proclamado la cabeza o el jefe de la seguridad nacional y que inmediatamente después se llame al servicio policial voluntario. Dos preguntas: es que nadie más que el señor Humala está capacitado para esta labor? y es que se espera crear alguna fuerza para-militar (con sus reservistas, quizá) que esté directamente bajo las órdenes de Humala, como el caso de Chávez en Venezuela? Mucho OJO y reflexión.

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  2. La Realidad es que el mas feliz de los Humala deve ser el Padre que ve realizado en sus hijos su proyecto politico.Lo peligroso y contra lo que hay urgencia de accion es con los grupos de adoctrinamiento y corrientes de opinion que estan sembrando por todas partes con sus ideologias materialistas y haciendo heroe al criminal, pidiendo todos los dias la liveracion del asesino de policias,como se ve por ejemplo en la plaza San Martin del centro de Lima.Si ellos piden y exigen la liveracion de Antauro, por que los ciudadanos no pedimos las sanciones mas severas para el asesino.

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